DIÁLOGO LITERARIO
Entrevistador: Cuéntame tu historia sobre el bullying.
Adolescente 1: Recuerdo que fue hace un año y medio, en tercero de la ESO. Jugábamos fútbol en el patio y el balón quedó atrapado en un árbol. Todos me animaban a subir. Lo hice, con esfuerzo… pero no podía bajar. Le pedí a alguien que me ayudara y no quisieron. Me caí, y me rompí la pierna y el tendón. Me sentía tan indefenso…
Entrevistador: Debió ser muy difícil.
Adolescente 1: Sí… los días siguientes me llamaban “lámpara”. Me dolía, no solo físicamente. Pero poco a poco, con la ayuda de mis amigos, recuperé la confianza y volví a jugar al fútbol con más ganas que antes.
Adolescente 1: Recuerdo que fue hace un año y medio, en tercero de la ESO. Jugábamos fútbol en el patio y el balón quedó atrapado en un árbol. Todos me animaban a subir. Lo hice, con esfuerzo… pero no podía bajar. Le pedí a alguien que me ayudara y no quisieron. Me caí, y me rompí la pierna y el tendón. Me sentía tan indefenso…
Entrevistador: Debió ser muy difícil.
Adolescente 1: Sí… los días siguientes me llamaban “lámpara”. Me dolía, no solo físicamente. Pero poco a poco, con la ayuda de mis amigos, recuperé la confianza y volví a jugar al fútbol con más ganas que antes.
Entrevistador: Gracias por contarnos tu experiencia, ha sido un placer.
Adolescente 1: Ha sido un gusto.
Entrevistador: Ahora continuamos con otra historia de bullying.
Adolescente 2: Un día salí sola en bici y me caí, lastimándome el brazo. Estaba sola,
en un sitio apartado… y al final perdí el brazo. Lloré mucho, fue una
experiencia muy dura.
Un día estábamos practicando voleibol en Educación Física y unas niñas me dijeron para jugar con ellas a pasarnos el balón, justo después de eso se empezaron a reír, porque obviamente no puedo jugar.
Entrevistador: ¿Cómo lograste superarlo?
Adolescente 2: Pues, cuando me harte de la situación hablé con mis padres sobre lo que me estaban haciendo y ellos hablaron con los padres de las niñas y con ellas y pararon. Actualmente mis padres me siguen apoyando por la perdida de mi brazo y tengo amigas que no se burlan de mi por ser diferente.
Entrevistador: Me alegro, muchas gracias por contarnos tu historia.
Adolescente 2: Un placer.
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